Al morir Jesús, depositaron su cuerpo en un sepulcro vacío que cerraron con una gran piedra. El domingo por la mañana, Varias mujeres se encontraron el sepulcro vacío: JESÚS HABÍA RESUCITADO.
Se apareció a sus discípulos, sabía que necesitaban esperanza y fuerzas para seguir adelante y cambiar sus vidas. Se convirtieron en testigos de la Resurrección.
Los cristianos creemos que Jesús ha resucitado. Celebramos la resurrección cada vez que nos reunimos en la eucaristía. Transmitir nuestra alegría es el mejor testimonio que podemos dar los cristianos para celebrarla buena noticia.
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