Nos hemos acostumbrado a desear algo y tenerlo al instante. Por eso, cuando no conseguimos lo que queremos rápidamente nos sentimos tristes y desanimados....Para evitar que esto suceda, debemos ser pacientes.
Dios había hecho la promesa de salvación a los patriarcas y después para recordarla utilizó a los profetas y les encargó la misión de anunciar el nacimiento de un Mesías, un Salvador. El último profeta fue Juan el Bautista.
Dios cumplió su promesa enviando a su hijo Jesús y eligió a María para ser su Madre.
María esperó en silencio y con esperanza el nacimiento de su Hijo Jesús. Ella representa la paciencia.
Nosotros hoy también tenemos un tiempo de espera en el que nos preparamos para la llegada de Jesús, para la Navidad.







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